Disfruta del placer allá donde lo encuentres

Si te encontraras en la búsqueda del placer y la alegría, ¿se te ocurriría mirar en una cueva? Es posible, y las Cuevas de Mogao, Patrimonio Mundial de la UNESCO situado en la provincia de Gansu, en el noroeste de China, puede ser un buen lugar para empezar. Y no solo porque estas cuevas excavadas por el hombre contengan una incomparable colección de arte y elementos budistas que vale la pena ver por sí mismos, sino porque los murales, esculturas, pinturas, telas y escritos a su vez contienen otro profundo secreto.

Procedente del sánscrito y el pali, «Mudita» es un concepto budista que significa “placer o regocijo compartido”, especialmente en lo que respecta a la buena suerte. Es una especie de alegría contagiosa que se da en las multitudes y las experiencias compartidas, pero que realmente va mucho más allá de ellas. Es la celebración incondicional e inconsciente del placer y la alegría en sí mismas. Y al mundo y a todos los que lo habitamos no nos viene nada mal.

Un profundo impacto emocional

Por lo tanto, mientras que los monjes budistas creaban las cuevas en Mogao como lugares para la contemplación, ahora nos ofrecen una experiencia espiritual que va más allá de su contexto religioso, ya que disponen de una herencia cultural e histórica internacional que refleja las creencias espirituales y los logros artísticos alcanzados en toda la Ruta de la Seda, y los murales y esculturas aquí halladas provocan un profundo impacto emocional tanto en los turistas como en los peregrinos. Con la alegría compartida del Mudita impregnándolo todo, es difícil no verse conmovido.

Añadir un contexto moderno

En el Centro de la exposición digital de las Cuevas de Mogao, se ofrece un contexto moderno al aprendizaje y la sabiduría ancestrales precisamente mediante el uso del mismo tipo de tecnología que empleamos hoy para generar alegría compartida.

El partner de Christie Beijing Huayi Shengshi Technology instaló 14 proyectores de láser puro RGB de 45.000 lúmenes de Christie® en este espacio, seis en cada una de las salas con forma de cúpula de 18 metros de diámetro y una en cada pantalla de cine de 14,7×6.2 metros. El objetivo es utilizar la proyección para explicar el contexto cultural e histórico del lugar y su época, pero también ofrecer a sus visitantes un encuentro único multisensorial y que no les deje indiferentes desde el punto de vista emocional. Al dejar una gran huella, alimenta una profunda conexión con el rico legado de las Cuevas de Mogao y los monjes budistas que las excavaron. Existe una agradable simetría entre lo nuevo y lo antiguo en este lugar, un complejo mensaje que podría haber sido un espectáculo vacío y que, en cambio, logra ser algo armonioso y que ofrece una indudable satisfacción.

Pero basta ya de filosofía. Hay muchos pensamientos antiguos que aún están vigentes a día de hoy y que la tecnología actual los hace relevantes y atractivos para el público de hoy, ya que son realmente muy potentes. Todos nos beneficiaríamos de tener un poco de Mudita en nuestras vidas, y no importa si lo encontramos en una antigua cueva o en la última fila de una sala de cine. Sigue siendo igualmente disfrutable y reconfortante.