Lo que BAFTA está construyendo es más que un mero edificio

Es muy difícil que te contraten en alguna producción cuando acabas de salir al mercado laboral, pero también es difícil saber cómo entrar en ellas. Escasean las señales en el camino de esta o cualquier otra carrera profesional artística.

Incluso las organizaciones inclusivas como BAFTA pueden parecer inalcanzables para aquellos que todavía no han cumplido su sueño. Esta organización independiente sin ánimo de lucro apoya, desarrolla y promueve el arte de la imagen en movimiento (cine, televisión y videojuegos) en Reino Unido. Muchos habrán oído hablar de las ceremonias anuales de premios de British Academy of Film and Television Arts (BAFTA), pero solo unos pocos conocen el gran apoyo que supone para el talento emergente, sus eventos e iniciativas de aprendizaje y la oferta de acceso al talento por medio de talleres, clases magistrales, becas, seminarios y tutorías en Reino Unido y en Estados Unidos. Sin embargo, sigue siendo un misterio cómo conseguir pasearte por la alfombra roja de los BAFTA o cómo crear esos espectáculos que sacan a la luz nuevas estrellas.

Por ello es tan importante la ambiciosa renovación de siete años de la sede de BAFTA; gracias a ella, BAFTA pasa de ser algo a lo que aspirar para convertirse en algo que conseguir, un centro creativo para los sectores del cine, videojuegos y televisión.

Apoyo a una nueva generación de productores de cine

BAFTA lleva desde los años 70 en ese elegante edificio situado en el 195 de Piccadilly, pero antes su ubicación permanecía en el anonimato. Un observador curioso podría descubrir que, en algún momento, fue la casa victoriana del Instituto Real de Pintores de Acuarelas, pero no que fuese un lugar en el que cada año se apoya a más de 80.000 personas que intentan hacerse hueco en los sectores creativos.

Todos los sectores creativos necesitan talento nuevo. Necesitamos a esas voces ignoradas y a esos empresarios ocultos, necesitamos una nueva generación de productores visionarios, y por supuesto necesitamos organizaciones como BAFTA, entidades que estén dispuestas a arroparte.

El 195 de Piccadilly ahora cuenta con una fachada que atrae y despierta tu curiosidad. El edificio incluye 3 millones de libras esterlinas (más de 4.000 millones de dólares) en tecnología audiovisual sostenible, incluyendo MicroTiles® LED de Christie®, procesadores de imagen y proyección de láser puro RGB. Además, se ha duplicado la capacidad, hay dos auditorios de cine, un salón para banquetes, zonas para eventos y exposiciones y una nueva azotea. La proyección de Christie en la Sala Ray Dolby hace que el espacio se convierta en un ambiente para proyección mapping, un lienzo digital de 360º para eventos virtuales y presenciales. Este centro internacional de excelencia para el arte de las imágenes en movimiento ha mejorado de forma irreconocible y su objetivo es claro: acoger a todo el mundo.

Los edificios también necesitan productores

Por lo general, los grandes edificios cuentan con elementos teatrales y los productores pueden ayudar a darles vida. En el 195 de Piccadilly, Pauline Campbell es una pieza fundamental del engranaje; puede que su puesto en BAFTA sea el de directora del edificio, pero Pauline lleva a sus espaldas una carrera nutrida por el teatro, incluyendo un periodo en Really Useful y Nimax. Junto con Renato Benedetti y Carla Sorrentino de Benedetti Architects e incondicionales de las artes escénicas como White Light, Pauline se asegura de que se suba el telón, incluso durante los confinamientos.

Es un gran logro, sí, pero Pauline comenta que medirá su éxito de la misma forma en la que BAFTA lo hace: en función de la capacidad que tenga el edificio para impulsar una nueva generación de productores de cine que, sin la ayuda de la organización, no habría cumplido sus sueños.

Nuestra CEO, Amanada Berry, siempre dice que el talento está en todas partes, pero las oportunidades no. Queríamos crear un espacio en el que pudiésemos cohesionar el talento en un centro de excelencia y que ofrezca múltiples opciones que nos permita llegar a 80.000 personas en el edificio y a millones de ellas fuera de él mediante streaming, eventos híbridos y grabaciones. Quiero que esa niña de 14 años que quiere triunfar en el mundo del arte y, por casualidad, visita Londres, tenga la confianza de entrar en BAFTA, empezar a hacer preguntas y sentir que forma parte de todo desde el principio y no después de haber cumplido su sueño.

Ya no es tan solo un lugar de paso.