Caigamos de nuevo en el embrujo.

La duradera felicidad de la prestidigitación.

Ha llegado de nuevo, como cada año por estas fechas. La época en la que mentimos a nuestros hijos y les decimos que Papá Noel existe. Una mentira piadosa que sirve para esparcir un poco de magia, algo de lo que uno se cansará pronto. Aunque ninguno lo hace del todo.

Un par de preguntas muy directas: ¿Sigues creyendo en Papá Noel? No creo.
¿En la magia? Por supuesto que no.

Y sin embargo… aquí estamos, adultos hechos y derechos en un mundo adulto en el que las leyes de la lógica y de la ciencia han desterrado prácticamente toda superstición, aunque la realidad es que nosotros, los adultos, no podemos vivir sin un poco de magia. La de Harry Potter, la de Alicia en el País de las Maravillas, la de David Copperfield y la de los Hermanos Ehrlich.

¿Y qué son, sino magia, los poderes de los superhéroes de las películas?
Quizás pensemos que no son reales, que son una patraña, pero vaya si deseamos con todas nuestras fuerzas que sean de verdad.

Los espejismos tienen poco de falso.

Nadie sabe cómo Andreas y Christian, el dúo teutón que forma los Hermanos Ehrlich y llena estadios de gente a la que le gusta que la embauquen, consiguen que un camión de 8 toneladas y 2000 caballos de potencia se materialice de la nada. La gente sabe que no es más que el producto de un truco, el despiste y la puesta en escena, pero el chute de adrenalina que experimenta la audiencia es totalmente real.

Es la magia de la magia. Es un mundo en el que aceptamos dejar de lado todo cinismo, un contrato en que una parte pagará su candor con expresiones de sorpresa y ojiplático asombro mientras que la otra, la de los magos, desempeñará su cometido a la perfección para cumplir su parte del trato.

Tiene que ser perfecto.

En FASZINATION, el nuevo espectáculo itinerante de los Hermanos Ehrlich, las más de cincuenta personas que componen el equipo han de confiar en que la tecnología de que disponen funcione sin el más mínimo fallo; para ello cuentan con los proyectores Boxer 4K30, que proporcionan la proyección, y el servidor multimedia Pandoras Box, con el que pueden controlar toda la función.

Cada día, las once cortinas de velocidad variable y la proyección en 4K deben operar en sintonía para crear un portal que resulte convincente en el escenario, tal y como explica Jannik Tödtmann, técnico de control del espectáculo. “El objetivo principal era disponer de una resolución a 4K. No hay muchos productos capaces de reproducir a esa calidad. Además, necesitábamos que nuestro equipo fuera resistente y fácil de manejar, para así dar respuesta a las exigencias de un espectáculo itinerante como este… Hay que montar y desmontarlo todo cada día. El tamaño y el peso eran factores clave en este caso”.

Magia a diario

Los aficionados podrán seguir pensando que lo imposible es real, ya que la gira continuará por Alemania, Austria y Suiza hasta mayo de 2018. Tú también puedes caer, aunque no lo creas. Nuestro mundo está repleto de espejismos tan fantásticos como cualquiera de los trucos que los Hermanos Ehrlich y su equipo obran sobre el escenario.

Las fotos familiares no son más que un conjunto de valores RGB sobre una matriz de píxeles, las vallas publicitarias ahora se mueven y las películas son más grandes, brillantes y convincentes que nunca. El espejismo es la realidad de nuestros días, y opera en los mismos términos en los que lo hace el contrato de la magia: el espejismo ha de ser perfecto, si no, se desvanecerá todo el efecto y la gente no se lo creerá.

Queremos que tales espejismos sean rutinarios y útiles, pero también queremos ver cómo se materializa un camión, queremos que lo imposible se haga posible, y queremos que haya más magia virtual, aquella que las tecnologías visuales proporcionan con tanta maestría. Queremos creer.

Dejaremos que sean los personajes de la verdaderamente mágica Alicia en el País de las Maravillas, quienes digan la última palabra sobre por qué Christie sigue creyendo que lo imposible puede hacerse realidad, y por qué colabora con aquellos que comparte este sentimiento.

“Alicia rio. ‘No vale la pena intentarlo’, dijo. ‘Una no puede creer en lo imposible’.

‘Me atrevería a decir que tienes mucha práctica’, dijo la Reina. ‘A tu edad lo hacía durante media hora al día. Ha habido ocasiones en las que he creído en seis cosas imposibles antes de desayunar”.