Puede que lo que parece sencillo sea lo más importante.

Por qué las tareas del personal de sala importan.

En inglés, la taquilla de los teatros se denomina “The Box Office”. ¿Por qué la llaman así? ¿Por qué no la llaman “punto de venta” o “ventanilla de venta de entradas”? Entre otras, una de las respuestas más interesantes es la siguiente…

En 1610, recoger el dinero de las entradas en los teatros de la época Shakespeariana, como The Globe o The Courtain, no era una tarea fácil. Era algo complicado buscar personas para que se encargaran de recoger la recaudación y que fuesen capaces de hacer cuentas, o que simplemente estuvieran un poco sobrias o no tuvieran mala fe. Así que idearon un plan: una caja (box) de barro sin lijar y con una única rendija para depositar las monedas. Una vez que esas cajas estaban llenas, las llevaban a un lugar seguro, las rompían con un martillo y contaban lo recaudado.

¿Y dónde las rompían? En una Box Office, claro. Literalmente, en “la sala de la caja”. Todo esto pone de manifiesto que, sin las tareas del personal de sala (conocido como el Front of House en inglés), te quedas sin actuación. Y así ha sido siempre.

Es una pena que todas las personas que se ocupan del Front of House en cualquier evento, desde la más pequeña de las actuaciones hasta un impresionante espectáculo de cartografía de proyección, suelan quedar eclipsados por todo lo demás. Incluso cuando la taquilla depende de ellos.

La empresa Spinitar para el diseño e integración de sistemas audiovisuales: agentes artísticos todoterreno del sector audiovisual.

En Spinitar, socio de confianza de Christie que siempre cuenta con agentes artísticos todoterreno en el sector, saben de sobra que, para lograr el éxito de un espectáculo, hay que utilizar algo más que las últimas tecnologías y la inspiración creativa. Si hablas con Katie Rogina, directora de marketing y organizadora de eventos de Spinitar, te sorprenderás de la cantidad de piezas que forman el puzle que conforman estos eventos.

Hace unos años, Avenue se encargó de la obra “Liquid Light” del artista Roark Gourley: una proyección permanente de arte digital en el Hotel InterContinental en San Diego. Allí, Spinitar, gracias a su conocimiento del sector audiovisual, aportó las habilidades Front of House que se necesitaban.

La presentación fue un evento de esos en los que todo el mundo estaba interesado: el propio artista, la sala del Hotel, el ayuntamiento de San Diego, las comunidades de artistas locales, las de los negocios de la zona e incluso las personas que pasaban por delante al ir a trabajar. Al hablar con todos ellos, y las ambiciones y preocupaciones de todos coincidían. La lista de personas con las que Katie tiene que ponerse en contacto es interminable: “es parte de mi trabajo saber con quién hay que ponerse en contacto, así que nos unimos con el alcance que tenía el propio hotel, organizamos los cortes de las aceras y, como si se tratase de un evento al aire libre, tuvimos que tener en cuenta cosas como el ruido”.

Detalle, tras detalle, tras detalle.

Pero es que la organización va todavía más allá: Katie cuenta que tiene que “asegurarse no solo de que las fechas no coincidan con otros eventos en la ciudad, sino también de cuadrar los horarios de las personas de renombre”. Todo esto da la sensación de que la gestión moderna de las habilidades Front of House en los proyectos para grandes públicos requiriera un instinto casi sobrehumano para dar con la tecla correcta para cada pequeño detalle y cada circunstancia imprevista.

Por eso, los héroes entre bastidores como Katie en Spinitar, que pasan horas y horas atendiendo llamadas engorrosas y resolviendo las diferencias más irreconciliables, merecen el mayor de los respetos por parte de la comunidad audiovisual.

Sin su trabajo, nada saldría adelante. Y dicho trabajo ya no es tan fácil como romper la caja de la recaudación de las entradas.