Noventa años de duro trabajo.
Las aventuras de Christie en el país de las maravillas
Una red de dirigibles internacional conectará Los Angeles con todo el mundo, según el LA Times. La primera imagen sonora de la historia se presenta en la primera gala de los premios Oscar. Tintín hace su aparición en las tiras cómicas y las nuevas emisoras de radio retransmiten conciertos para que la gente los pueda escuchar desde casa. Incluso se ha instalado un receptor en un coche y lo han llamado Motorola. Estamos en 1929 y la vida es maravillosa.
Por supuesto. Busca “1929” en internet y todo lo que encontrarás es miseria y desolación debido a la quiebra de Wall Street. Está bien, la bolsa de valores ha tenido malas épocas y todo el mundo lo sabe. La novedad en 1929 era, sin embargo, un mundo repleto de novedades técnicas tan prometedoras como lo son hoy en día.
De todos los lugares en los que podrías estar en 1929, ninguno era más atractivo que California, con industria cinematográfica. Ese año, el año en que S.L. Christie construyó su primer proyector, se presentaron alrededor de 800 largometrajes en EE. UU., los hermanos Marx siempre estaban en pantalla y Mickey Mouse había conseguido hablar. Desafortunadamente, el problema de la Bolsa hizo tambalear a toda la economía internacional y Christie Inc., un recién nacido lleno de optimismo, tenía que crecer a marchas forzadas.
El entretenimiento del pueblo.
Y lo hizo. En una época en la que el cine se estaba posicionando como el gran entretenimiento del pueblo, en la que por unas pocas monedas podías permitirte una tarde entera de evasión. Sin embargo, las imágenes en movimiento, los actores que hablaban y el brillo de los colores dependían en su totalidad de la proyección, y Christie tenía un don para ello.
Las lámparas de arco de carbón eran ruidosas, fallaban y tenían tendencia a arder; Christie introdujo las lámparas de xenón. Había que cambiar los rollos de película a mitad de la sesión; Christie introdujo los sistemas con discos para que ya no hubiera que hacerlo. Además, Christie también inventó los proyectores sin engranajes y autoengrasados. Todas ellas fueron innovaciones que mantuvieron la tensión en las pantallas y fuera de la cabina de proyección. En el siglo pasado, al igual que en este, la relación de Christie con el cine era indisoluble.
Al otro lado de la frontera
Mientras tanto, al norte de la frontera, el futuro socio de Christie, Dominion Electrohome Industries, avanzaba por un camino muy distinto. Un respetado fabricante canadiense de fonógrafos que anteriormente lograron el éxito fabricando los discos que más adelante se reproducían en sus aparatos. Más tarde fabricaron radios, muebles, ventiladores y, en 1954, una estación de televisión Electrohome y sus respectivos televisores. A finales de los años 60, era el primer y el único fabricante de televisiones a color de Canadá.
Electrohome era el acompañamiento perfecto para Christie en el glamuroso Hollywood. Quizá por eso su asociación fue tan fructífera: no porque se parecieran, sino porque abordaban la industria desde diferentes perspectivas.
Sueños digitales
Christie, por ejemplo, siempre había creído que algún día el cine daría el salto hacia la digitalización y Electrohome pensaba que la televisión digital debería ofrecer experiencias más cinematográficas. No obstante, hasta que unieron sus fuerzas, ninguno estaba seguro de ello.
Eso sí, la idea de que cualquier aspecto relacionado con el mundo audiovisual debería digitalizarse no se trataba de una perspectiva demasiado compartida, de hecho, por aquel entonces, ni siquiera se pensaba que fuera factible. Para empezar, pocos pensaban que se consiguiera cubrir el salto de calidad entre la proyección cinematográfica y la proyección de vídeo. El carrete de película tenía historia, los directores sabían cómo utilizarlo y los cinematógrafos eran capaces de que diera lo mejor de sí. Las primeras proyecciones de vídeo tenían colores tenues y oscuros, imágenes borrosas, ninguna producción y una bien merecida reputación de falta de fiabilidad.
En el año 2000, el momento en el que las dos empresas unieron sus fuerzas como Christie Digital, estaban convencidas de que la tecnología DLP® de Texas Instruments podría cambiarlo todo. Aparecía una tecnología que prometía colores más brillantes, mejores resoluciones y una frecuencia de fotogramas que ningún carrete de película era capaz de igualar. Dado que Electrohome tenía la experiencia electrónica necesaria y Christie podría aportar su conocimiento sobre las lentes y su experiencia en Hollywood, pronto quedó claro que se encontraban ante algo muy grande, y no solo aplicado al cine.
Fuera del auditorio
A finales de 2017, no solo el 98 % de las pantallas de cine de todo el mundo ya eran digitales, sino que ahora la misma tecnología se ha expandido a otros ámbitos de la industria audiovisual.
Ahora nos parece muy normal ver posters que se mueven y la cartografía de proyección que transforma espacios al aire libre y parques temáticos en enormes espectáculos inmersivos. Esperamos y aceptamos que la proyección forme parte de los shows que disfrutamos, las ceremonias de apertura que nos conmueven y los eventos deportivos a los que asistimos. La tecnología LED está cambiando nuestros paisajes urbanos, nuestros lugares de trabajo y la manera en la que interactuamos con las marcas que consumimos. Los artistas utilizan los sistemas audiovisuales para traspasar sus propios límites estéticos con asombrosos resultados. Educamos a nuestros hijos utilizando los sistemas audiovisuales, y formamos a nuestros cirujanos para que los utilicen en su día a día.
Aún no habéis visto nada
La proyección laser RGB ya está aquí. La industria TI y la audiovisual continúan convergiendo, y la inteligencia artificial va a cambiar la manera en la que se crea contenido. Literalmente, aún no hemos visto nada.
Han pasado noventa años desde de que Christie fabricó su primer proyector y diecinueve desde que Christie y Electrohome formaran Christie Digital. Ahora, la legislación nos protege ante otra quiebra de la bolsa similar a la de 1929, pero la red de dirigibles internacional aún no ha llegado a California. Algunos sueños no se hacen realidad, pero muchos de ellos sí lo hacen con un duro trabajo y perseverancia, y todo comienza con una idea.
Sí, aún nos quedan retos que superar. Sí, habrá baches en el camino. Pero también sabemos que quedan grandes cosas por crear si continuamos trabajando en ellas. El truco es no cejar en nuestro empeño.