Sonido. Cuanto menos oímos, más nos gusta.

Venga. Rememora la banda sonora de Tiburón.

Sabíamos que no tendrías ningún problema.

Por eso el sonido es tan importante en el cine; nos acompaña y muchas veces podemos recordarlo de forma mucho más nítida que cualquier imagen. El sonido escapa a las limitaciones de la pantalla y se cuela en nuestra imaginación. Se mantiene oculto pero muy presente, como el tiburón de la película de Spielberg.

Lo mismo pasa con las espadas láser de las películas de la saga de Star Wars, el rugido de King Kong o la música de Psicosis. Ahora mismo está sucediendo en algún cine de algún lugar del mundo. El sonido, por supuesto el sonido ambiente, es el superpoder secreto del cine. Y se está haciendo mucho más poderoso de lo que nunca hubiéramos imaginado.

Llega al alma

Se está convirtiendo en una pieza fundamental de la experiencia inmersiva que supone actualmente ir al cine. Aunque los sistemas de sonido domésticos pueden ser impresionantes, no llegan al alma de la forma en que lo hace el sonido de los sistemas omnidireccionales del cine, ricos en graves.

Y sería un error achacarlo únicamente a los decibelios. Es verdad que hubo un tiempo en que la única opción para que todos los espectadores oyeran bien la película era subir el volumen. Pero, actualmente, gracias a sistemas como Christie® Vive Audio®, todos los asientos pueden escucharlo todo sin problema. Ya no es necesario ser invasivo para envolver; en términos acústicos, eso es prácticamente lo mismo que pasar de blanco y negro a color, o de 2K a 4K. Hay detalles, matices y vistas que se pueden explotar.

Las capacidades de Vive Audio se fundamentan en tres pilares: la tecnología ribbon driver que reacciona a señales de audio y ofrece un sonido mejor, más claro, natural y real; altavoces line array con mayor cobertura y direccionalidad, para llegar a cualquier esquina de la casa; y amplificación clase D, que produce un sonido dinámico y preciso.

Hace que el rectángulo de la pantalla sea irrelevante

El sonido es lo que hace que ir al cine sea un acontecimiento, no un día más. Y es que el sonido (sonido real de cine) hace que el rectángulo de la pantalla sea irrelevante, amplía nuestros horizontes y nos sumerge en la historia. Igual que una media sonrisa de Cary Grant o una mirada de Anthony Hopkins, el poder de la narrativa del sonido es lo que perdura.

Así que un aplauso por el sonido del cine, que nos saca de sus cuatro paredes y supone, probablemente, el elemento más inolvidable de cualquier película; seamos o no conscientes de ello. Si vas al cine una cálida noche de verano es más que posible que oigas el canto de un pájaro en la calle y ni siquiera te des cuenta de ello. La falta de atención es el arma secreta que el sonido utiliza para llegarnos al alma, superar todas nuestras barreras y activar nuestras emociones. ¿No serían tristísimas las noches de verano sin nada de ello?

Y esto es precisamente lo que un buen diseño sonoro y los sistemas actuales de sonido del cine dan a las películas. No son solo unos graves más potentes y unos diálogos más claros; es una capa extra de magia que nos entra por el oído y nos llega al alma. El tiburón que se esconde tras la pantalla.