La Historia importa

Cómo el mapping de proyección genera un sentido de pertenencia

Cuando hablas de sentido de pertenencia, la mayoría de la gente piensa en la Historia. Las grandes ciudades del mundo —París, Londres o Tokio— son el resultado de los acontecimientos que allí se han producido. Aunque los atractivos de su ubicación geográfica sean pocos, su entorno arquitectónico y la historia que lo creó los hacen especiales. Todo forma parte de nuestra necesidad de dotar a los lugares de un contexto humano. Incluso las maravillas naturales nos hacen pensar: «¿qué ha pasado aquí?». Queremos que los lugares tengan significado tanto como queremos que sean hermosos.

La Historia y el sentido de pertenencia van de la mano, acompañados de un mayor sentido de patrimonio social, como se desprende de un estudio del Centro de Estudios de Desarrollo Urbano y Regional de la Universidad de Newcastle. El estudio también reveló que «la relación entre el entorno arquitectónico histórico y un sentido de pertenencia más consolidado no solo tienen que ver con vivir en una zona de mayor valor histórico, sino también, y al menos en la misma medida, con el interés de las personas por su entorno arquitectónico».

No son meras atracciones

Que cada vez ames y valores más un lugar a medida que vayas conociendo su historia, no debería sorprender a nadie. El truco está en hacer que esa historia cobre vida tanto para los habitantes como para los visitantes. Por eso, cuando vemos la historia en el mapping de proyección sobre edificios admirados o en celebraciones de acontecimientos pasados, no estamos ante meras atracciones; estamos analizando las cosas que ayudan a generar un sentido de pertenencia y patrimonio social.

Fíjate en el Festival Signal de Praga. Ahora, en su undécima edición, atrae a miles de visitantes, lo que ayuda a impulsar la economía local y a potenciar la imagen de la ciudad. Pero va más allá, pues permite a los propios ciudadanos de Praga comprender mejor por qué su entorno es único y valioso, ya que es muy fácil para todos nosotros, vivamos donde vivamos, dejarnos llevar por el día a día y no ver lo que hace que nuestro entorno sea único. Eso es lo maravilloso de los festivales como Signal: revelan las historias ocultas de lugares que creíamos conocer y los muestran bajo una nueva luz.

Es un proceso que se está produciendo en todo el mundo, tanto en lugares admirados desde hace largo tiempo, como en lugares injustamente ignorados. La Cumbre Dorada en el Monte Laojun, en la provincia de Henan, China, ha sido un lugar de peregrinación durante siglos. Un nuevo mapping de proyección realza su importancia cultural y lo aprovecha para fomentar el crecimiento económico de la región y actuar como plataforma para el intercambio cultural.

Como los que se utilizan en la Ópera de Sídney

En el otro extremo de la escala se encuentra un proyecto de arte público en la zona industrial de Kwinana, en Australia Occidental, cerca de Perth, que transforma una colección de inmensos depósitos de almacenamiento de combustible en algo especial.

Russell MacKenzie, director de Innovación y Desarrollo de Proyectos de Coogee Chemicals, cuenta que quería «crear una plataforma para contar historias y enorgullecer a la región». Para este ambicioso proyecto, quería «un proyector como los que se utilizan en la Ópera de Sídney». Aunque su historia es reciente, el efecto es el mismo: el entorno se reinventa y redescubre al mismo tiempo, creando un sentido de pertenencia.